Por fin ha llegado el momento de retomar los planes que teníamos pensados para 2020. Después de unos meses de bicis y piernas aparcadas, las ruedas son agradecidas, pero el sillín se hace un poquito de rogar.
Esta mañana, tras un desayuno revitalizante con Biciloco y Lunique, dejamos la ciudad de Girona con las bicis ya preparadas. Aunque al principio salir del centro ha sido un poco confuso, hemos encontrado el camino que nos lleva a nuestra primera parada a 55 km, Olot.
La ruta transcurre por la vía del Carrilet, un camino de arena compacta rodeado de un frondoso bosque. El sol y la brisa se compensan por este perfil principalmente llano que nos va abrazando entre sombras. Todo muy poético salvo algún falso llano que ha tratado de pasar desapercibido…
Nuestra primera parada la hacemos a 34 km de Girona, en Las Planas de Hostoles, donde en la propia ruta nos encontramos con una cerveza fría y nos quedamos a comer.
Un plato de espaguetis después, retomamos el camino con mucha arena suelta y más falso llano, lo que nos ralentiza bastante. Sin embargo en el camino nos sorprendió un río en el que pudimos refrescarnos las patitas y relajarnos brevemente.
Olot se sentía cada vez más cerca y a 10km de llegar, comienza la mejor parte: otro falso llano, pero esta vez a favor! Teníamos las montañas de la Garrotxa en frente, todo un espectáculo natural.

Cuando por fin llegamos a Olot, toca preparar la noche y buscar dónde encontrar agua y vaya si la encontramos. Empezó a llover a las seis hasta poco antes de encontrar sitio donde acampar.
La lluvia nos dio tregua para darnos una ducha, montar la tienda y empezar a hacer la cena. Mañana nos espera la etapa más dura en la que casi coronaremos el paso de Pirineos.
[…] Etapa 1: Girona – Olot […]
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