Cuando ayer llegamos al camping, todavía quedaban algunas horas de luz, que aprovechamos para lavar la ropa y para arreglar la cámara pinchada acompañadas por una cervecita en el bar. Temperatura agradable, silencio y una parcela amplia donde plantar la tienda. Después de cenar, planteamos nuevos viajes mientras veíamos el cielo estrellado. Y así funciona Pirinexus, mientras tú te relajas, ella tiene preparados otros planes para ti.
Según nos metimos en la tienda, la velocidad del viento empezó a aumentar hasta que nos empezó a preocupar el aguante de la estructura. Nos cambiamos de sitio y pusimos las piquetas bien tensas. Casi nos habíamos dormido cuando dos de las piquetas se dieron mus y nos abandonaron a nuestra suerte.
Después de otra mudanza tratando de encontrar un rincón resguardado del huracán, decidimos mirar más allá de la frontera de nuestra parcela. Salimos a buscar cualquier lugar en el camping que nos sirviera, hasta dar con un espacio rodeado de bungalows y cubierto con un muro. De nuevo, mudanza con todas las cosas dentro de la tienda (como si hubiera un ratón debajo). Las bicis y el tendedero se quedaban en nuestra parcela. Hasta mañana.
A la mañana siguiente, el último traslado a nuestra parcela. Por suerte, todo había sobrevivido al temporal de viento. Desayuno y en ruta de nuevo. Imploramos a Pirinexus que eso sea sacrificio suficiente para hoy y que no tengamos más sorpresas.
Con el sol repartiendo leña desde primera hora, retomamos el trazado de la Pirinexus. Hoy nos toca ruta con perfil y firme agradecido, todo llano y por caminos de tierra compacta. El paisaje es constante de campos de cultivo.
Dosificamos los esfuerzos para llegar a comer a San Antonio de Calonge, a 25 km de Torroella de Montgrí. San Antonio será nuestro último pueblo costero antes de dirigirnos de nuevo hacia el interior. Conseguimos cumplir con lo propuesto y repetimos el plan de comer en el paseo con la brisa marina alegrándonos los pedales.

Después de comer nos quedan solo 16km para acabar la jornada de hoy. Dormimos en la zona de Llagostera, a apenas 30km de Girona.
En estos últimos kilómetros del día notamos ya las similitudes con la primera etapa, Girona-Olot. Volvemos a encontrarnos recorriendo las vías verdes de caminos fácilmente transitables e idílicos. La diferencia está en que en la primera etapa Pirinexus pide tu confianza y en las últimas premia tu compromiso. A cambio, en las etapas intermedias pone bien a prueba tus límites. Pirinexus aprieta pero no ahoga.
En definitiva, mañana pretendemos llegar a comer a Girona; si bien, una vez más, nos adoptaremos a lo que la ruta requiera de nosotras.
[…] de Montgrí en la que ya planeábamos el siguiente viaje para otoño, momentos antes de que el viento intentara convertir nuestra tienda de campaña en una cometa. Sin duda, toda una experiencia en la que la fortaleza mental tuvo un papel destacado para mantener […]
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