Hoy dejamos Las Tunas y nos dirigimos hacia otra de las principales ciudades de Cuba, Camagüey. De camino, hacemos parada costera para comer en la Playa Santa Lucía. Aunque el viento no nos ha dejado bañarnos esta vez, hemos podido descansar a la sombra con vistas al mar y comer por la zona.

Seguimos experimentando la dificultad de acceder a las playas cuando no eres cliente de un hotel «pulserita todo incluido». Si bien es cierto que, aunque cuesta llegar, merece la pena cuando lo consigues.

Ya por la tarde, llegamos a Camagüey, donde nos recibe Alba y unas nubes gigantes que dejan escapar cuatro gotas contadas. En nuestro paseo vespertino por la ciudad, conseguimos solucionar nuestra falta de internet para comunicarnos y para mantener el blog al día.

De vuelta a casa, toca una de las tareas menos glamurosas del viajero, pero que ya llegando al ecuador del viaje va haciendo falta: hacer la colada (sin piña).

Y tras dejar la habitación de esta guisa, nos hemos merecido la ya habitual cena con cóctel, hoy Cubalibre y Piña Colada con Pescado al Mojito y Pollo Majadero.