Preparadas para 2023

Diciembre es para nosotras un momento muy dulce, en el que las ideas que vamos teniendo a lo largo del año van cristalizando y se convierten en propuestas. Hemos podido mantener uno de los objetivos que más ilusión nos hacía, que era el de hacer más viajes cortos, escapaditas que nos han permitido no perder el contacto con la libertad del viaje y conocer otras zonas más de cerca.

Casi con las uvas recién tomadas, empezamos 2022 haciendo el primer viaje en enero por las tierras del Quijote. Visitamos las provincias de Toledo y Ciudad Real a través de una ruta que unía algunas lagunas y humedales de la Mancha, con un frío casi criminal y un paisaje en el que nuestra vista se perdía persiguiendo el horizonte.

Aprovechando el cambio de hora de primavera, recorrimos un tramo de la Sierra de San Vicente, entre Toledo y Extremadura, en el que pudimos ir afinando más el concepto que queríamos buscar de «viajar por gravel». Tremendo melón íbamos a abrir sin casi darnos cuenta…

Después de sortear los charcos de la primavera, llegaba un momento muy esperado en el calendario de las Tupris: íbamos a acabar el Camino del Cid. La fecha elegida fue Semana Santa, y con los primeros calores de mediados de abril, pusimos rumbo a Valencia para iniciar las últimas etapas hasta llegar a Orihuela.

Quien lleve ya un tiempo leyéndonos (y/o escuchando nuestras grandes turras sobre viajar en bici, que nos encanta) sabrá la gran importancia que tiene para nosotras esta ruta. Aquello que empezamos en 2019 sin nada de experiencia, con equipo a estrenar y que nos ha hecho cruzar la Península descubriendo gente, paisajes, gastronomía y, sobre todo, descubrirnos a nosotras mismas, tenía fecha de cierre (que no de final).

Por eso, las últimas pedaladas de aquella aventura supieron a gloria y llegamos a la última ciudad valenciana del Sur, Orihuela, que nos recibió con un maravilloso sol y con la certeza de haber podido superar todos los obstáculos que nos hemos ido encontrando durante nuestro viaje. Algunos nos han dejado marca y otros huella, pero todos nos dejan aprendizajes de muchas formas que ya forman parte de nuestra personalidad. Sí, puede que nos estemos poniendo intensas, pero así es.

Cambiando un poco de tercio, a finales de mayo nos subimos a tierras sorianas (Soria, paraíso natural, no pararemos de decirlo) a hacer alguna prueba antes de que se acabara la primavera: Carmen se inicia en el bikepacking y dormimos en un refugio. Además de explorar el Cañón del Río Lobos y alguna Vía Verde inesperada, la pernocta en el refugio (y la logística que conlleva) supone una experiencia imprescindible como pequeño ensayo antes de Montañas Vacías y pone el broche a la preparación que queríamos llevar antes de afrontar ese gran viaje.

Algunas de las rutas que hacemos nacen como flechazos, alguna chispa y pum, ya no lo puedes olvidar. Tienes que ir.  Montañas Vacías empezó siendo una idea lejana en nuestro horizonte que se alejaba año tras año, a veces por falta de preparación evidente y a veces por circunstancias inesperadas. Queríamos sentirnos preparadas para poder disfrutar de toda la zona, pero para ello sabíamos que necesitábamos tener mucha más experiencia de la que teníamos cuando comenzó aquella chispa. Afortunadamente, todas las veces que prorrogamos este viaje fueron un acierto, pero sabíamos que 2022 iba a ser el año. Quizás no lo conseguíamos, no todo depende de nosotras, pero asumimos ese gran reto y sin duda fue una experiencia increíble.

El verano de 2022 se acabó y dejó paso a la mejor estación (para nosotras) para viajar en bici: un otoño con un objetivo también muy apetitoso. Ya en 2021 estuvimos recorriendo varias zonas de Andalucía con la furgo, y sobre la marcha tuvimos que alterar el recorrido sacrificando la Sierra de Cazorla, que por tiempo y logística no terminó de encajar. Esa espinita se quedó con nosotras y este año hemos podido volver para pedalear por esas tierras.

¿El resultado de haber tenido que esperar? Haber hecho el que consideramos mejor viaje hasta la fecha en relación a los paisajes y a la belleza de la zona: los Bosques del Sur. Empezamos en Gorafe, Granada, atrevesando el desierto para llegar a un paraíso natural en la provincia de Jaén que nos llevó a dormir en medio de sitios espectaculares, recorrer campos de olivos infinitos y casi adoptar a un zorro curioso.

No sé si cuando comenzó el año éramos conscientes de todo lo que iba a ocurrir en el historial de las Tupris, y tampoco sabemos ahora si 2023 va a ser comparable o completamente diferente, pero desde luego que ya tenemos identificados algunos de los viajes que van a venir en 2023. A nuestros lectores más senderistas, solo podemos deciros que sí, que conocemos el Camino de Santiago, pero que todavía no vamos a hacerlo. No offense, pero si nos dieran un euro por cada vez que alguien nos lo menciona como próximo viaje…

No tenemos la certeza de que podamos hacer todo lo que nos gustaría en este próximo año, pero sí vamos a intentar lo máximo posible (o adaptarnos para no dejar de viajar en bici). Aquí os dejamos algunas de las ideas que tenemos:

  • Completaremos alguna zona que se nos ha quedado pendiente de un viaje anterior. Algunas espinitas solo se van viajándolas.
  • No queremos cerrar definitivamente el recorrido del Camino del Cid, así que aprovecharemos sus grandes bucles y sus mil recovecos para poder seguir disfrutando.
  • El mar será protagonista de uno de nuestros grandes viajes de 2023. Esperamos no tener que cruzarlo en bici, claro…

Aunque no sepamos si podremos cumplir con nuestras intenciones, lo que sí sabemos es que aquí continuaremos un año más con el diario de todo lo conseguido.

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