Pirinexus 2: Olot – Espinavell

¿Cuántos días caben en 24 horas? Para nosotras hoy muchos más de la cuenta, concretamente cuatro. Han pasado demasiadas cosas a muchas temperaturas diferentes.

Nuestro domingo comenzó ayer a las tres de la mañana cuando nos dimos cuenta de que nuestra tienda era una barra libre de mosquitos. Es lo que tiene cocinar con lluvia… Afortunadamente, tras demasiadas picaduras cada una, conseguimos echar a todos nuestros no-invitados y dormir un poco.

Después del desayuno, recogemos el chiringuito y retomamos marcha. Por cierto, si queréis torturar a alguien, dadle de cenar couscous con soja texturizada y de desayunar «café» con avena. Una combinación perfecta.

Nuestro ciclocamino comienza a 5km de Olot, ya que ayer nos hicimos un favor y adelantamos un poco de ruta. Por otro lado, el favor fue un poco relativo, puesto que nos quedamos en medio de una pendiente interminable que esta mañana nos seguía esperando. El plato pequeño de la bici va a ser nuestro mejor aliado hoy.

Sol, calor y verticalidad nos acompañan durante 12 km (con 523m de desnivel positivo) en los que hemos recorrido también la primera mitad del parque de la Garrotxa hasta el coll de Santigosa a 1064m. Con lo lejos que se veía ayer…

Al coronar el puerto, comienza la espectacular bajada en una carretera rodeada de un bosque frondoso y verde con el río cayendo por la montaña. El premio que compensa el esfuerzo mañanero.

Aquí termina el día 1 de hoy.

Al llegar a Sant Joan de las Abadesas a las 13.30, decidimos que el siguiente pueblo, Sant Pau de Segúries, está lo suficientemente cerca como para comer allí y seguir recortando kilómetros por la vía verde que nos indica la Pirinexus. 9km están chupados.

Empezamos a sospechar en la primera cuesta abajo pedregosa y empinada, ya que era evidente que nos iba a tocar subirla tarde o temprano. Cuando empezamos a rodar por un camino de césped, la cosa se fue poniendo interesante. La valla «electrificada» (un alambre con un cartel hecho a mano) que tuvimos que abrir fue un antes y un después.

A partir de ahí, todo fue escalada más que bicicleta. ¿Quién dijo que en cicloturismo solo se ejercitaban las piernas? Los brazos son un elemento igual de importante y al final «solo» tardamos dos horas en hacer estos 9 km.

Terminada la escalada, comienza el día 3.

Nos quedan 17 km hasta Espinavell. Un perfil también de ascenso pero más moderado que los anteriores, y después de comer, preparamos las bicis para el chaparrón previsto para la tarde. Ya se oía la tormenta a la hora del café.

Nuestro camino nos conducía hacia el interior de las nubes, pero de momento manteniendo una temperatura ideal, así que intentamos dar un poco de cera para tratar de llegar a destino aprovechando el retraso de las lluvias, hasta que tan solo a 4 km de Molló comienzan a caer unas simpáticas gotillas de agua. Nos paramos para ponernos el chubasquero y mientras nos poníamos los pantalones de lluvia, comienza el Diluvio.

Ya impermeabilizadas y con luces y reflectantes en su sitio, pisamos el acelerador en el ascenso a Molló, a donde llegamos chorreando pero enteras gracias a que dejó de llover 1km antes de llegar. Ya solo quedaban 4km hasta nuestra ducha caliente, que los acabamos volando.

Llegar a Espinavell y ver el Refugi dels Estudis parece otro día diferente en esta jornada «trambólica».

El edificio está rodeado de un paraje de montañas que nos sabe casi a casa rural. Una ducha caliente, cena cocinada por la dueña del restaurante del pueblo y colchón para dormir. Esperamos que mañana sea un solo día en nuestra entrada a Francia. Empezaremos con 8km de subida con lluvia y luego una bajada eterna que ya tenemos ganas de disfrutar.

Un comentario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s